jueves, 30 de noviembre de 2017

HUGO DEL CARRIL - Figura fundamental del Espectáculo Argentino -

Hugo Del Carril - Un hombre fundamental - A 105 años de su nacimiento - 1912-1989 - por Daniel Loisi
La gran figura del espectáculo argentino, inteligente, comprometido con los problemas de su tiempo como decía Shakespeare, gran cantante de tangos, muy buen actor, excelente director de cine. Su película "Las aguas bajan turbias" según mi criterio permanece como la gran película argentina, por su compromiso y porque estaba adelantada a su tiempo.
Una figura indispensable para volver una y otra vez sobre su carrera que comprende más de cincuenta años. 46 películas contaron con su talento, 15 como director.
Murió a los 76 años y hoy tendría 105 años. Cuando llega todos los años el 30 de Noviembre siempre lo recuerdo, corajudo, pintón, talentoso, honrado, esas figuras o ídolos que te acompañan toda la vida como tantos otros. Cuando escucho sus tangos siempre me conmuevo, su voz era única, su versión de "Nostalgias" es demoledora. La marcha peronista es increíble, en su voz da fuerza, ganas de luchar, da alegría, hasta el más gorila se hace peronista.
Cuando lo veo interpretando a José Betinoti en "El último payador" de 1949, al final quebrado y enfermo que se le rompe una cuerda de la guitarra y su mujer le pregunta: Que pasó se rompió una cuerda? y el le dice muy emotivo: "no, se rompió mi alma....." me llega a mi corazón.
O al final de "Pobre mi madre querida" de 1948 cuando le disparan y el dice: "Gracias hermano, me hiciste un favor! ....Y llega arrastrándose a la casa de la madre gritándole: Mama!!!. Y muere en los brazos de su madre. Una escena realmente muy emotiva.
La competencia con Luis Sandrini en esa monumental película que fue "Los dos rivales" de 1943, donde interpretaban a dos periodistas que se peleaban pero también eran amigos. Se adelantaron a las grandes parejas del cine, un dúo único.
El maravilloso personaje que interpreta en "Las aguas bajan turbias" de 1952, su mejor película que trataba la explotación del hombre en los yerbatales misioneros, sobre novela de Alfredo Varela, pero que logra imponer todo su sello personal en un film brillante, desde sus primeras imágenes donde muestra porque "Las aguan bajan turbias" con los cadáveres que flotan en el río, de hombres que luchaban por un destino mejor y como única respuesta recibían la muerte. La contundente pelea final con el malo de turno era sensacional, y no tenía nada que envidiar al cine norteamericano de esos años.
Más allá de los valores de la película de Hitchcock: "Vertigo", excelente film del viejo Alfred, es evidente que de alguna forma le llegó información de "Más allá del olvido" película que Hugo realizó sobre novela de Georges Rodenbach, con climas maravillosos. Si se compara las dos películas las similitudes son increíbles. Hugo logra una historia profunda y emotiva, alejada de todo costumbrismo, haciéndola universal. "Más allá del olvido" se filmó en 1955 y "Vertigo" en 1958. Asimismo se puede ver claramente las influencias de Hitchcock en Hugo al encontrar climas que hacen recordar a "Rebecca" de 1940.
En "La calesita" de 1963 una sencilla película que recorre la vida de un calesitero, su infancia, sus recuerdos, su vida, pero también la historia de la ciudad y sus hechos sociales, Hugo logra una película tierna y conmovedora. El título alude a un tema de Mariano Mores. Originalmente pensada para tv, duraba 170 minutos y finalmente se la exhibió en cines con una duración de 100 minutos.
Recorrer la filmografía de Hugo puede que me deje agotado pero es un enorme placer recordar sus trabajos tanto como actor y como director, fue protagonista de una etapa popular del cine bien entendido, un cine que llegaba al alma, y seguido por el pueblo. El es una figura fundamental de nuestro cine y de nuestra cultura, tendríamos que recordarlo siempre, los grandes medios tienen esa responsabilidad, la de recordar a nuestros artistas y además pasar sus películas.
Se llamaba Piero Bruno Hugo Fontana y nació en Flores el 30 de Noviembre de 1912. Dió sus primeros pasos como cantante en locales de barrio y abandonó el secundario en tercer año. Trabajó como operario industrial y luego como taquígrafo. Fue locutor en Radio del Pueblo en 1929. Se hizo llamar Oro Cáceres, Hugo Font, Pierrot hasta que se hizo conocido como Hugo del Carril en 1935 cantando tangos en Radio El Mundo y Radio Nacional.
A partir de su participación en "Los muchachos de antes no usaban gomina" de Manuel Romero en 1937 donde cantaba el tango "Tiempos viejos" su carrera fue imparable. Junto a Luis Sandrini fue el artista de cine mejor pago del país.
Fue prohibido por la mal llamada "Revolución Libertadora", inclusive en algún momento pensaron en fusilarlo. Un grupo dependiente del asesino Isaac Rojas entraron a su casa, muchas veces Hugo lo contó: " ....fue terrible, tremendo...entraron a mi casa comandos civiles y rompieron todo, llegaron a descoser los forros de mis sacos y de mi sobretodo y los tapizados de los sillones.....estuve preso e incomunicado en la penitenciaría con Mentasti y otros, durante 45 días....!
En 1973, tiempos revueltos y esperanzadores, fue Director del Instituto de Cinematografía secundado por Mario Soffici.
En 1974 filmó su última película como director con Federico Luppi: "Yo maté a Facundo".
En los años 80 comenzó a tener problemas con su salud para finalmente cantar su último tango el 13 de Agosto de 1989. Por suerte recibió en vida el homenaje de ser nombrado: "Ciudadano ilustre de Buenos Aires" el 22 de Mayo de 1986.
Las palabras del querido Roberto "Tito" Cossa al despedirlo en 1989, todavía me conmueven, y con ellas cierro esta nota dedicada a un hombre fundamental del siglo 20: ".......aprendí muchas cosas, por ejemplo aprendí a querer a ese cantor de tangos peronista, artista tremendo, coherente hasta el final, de los que no lloran ni fanfarronean, de la estirpe de los pocos porteños que bastaron para generar el mito de una raza que, si alguna vez existió, se terminó con él. Carajo: otro cacho de uno que se muere. Y yo que ni lo conocí personalmente. Me hubiera gustado sacarme una foto con él para mostrársela a mi hijo." Roberto Cossa, 1989.
UN HOMBRE FUNDAMENTAL: HUGO DEL CARRIL
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miércoles, 29 de noviembre de 2017

"La Página de Daniel Loisi" Audio 27/11/2017. Paludi en Festival Mar del Plata

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"La Página de Daniel Loisi" - De 15 a 17 hs En Vivo por Radio Arinfo
Pato Paludi con toda la cobertura del Festival de Mar del Plata
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Homenaje a Robert Vaughan, Napoleón Solo de "El agente de CIPOL"
Homenaje a Leon Gieco, Fredy Mercuri, Bruce Lee.
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Un Programa de Espectáculos como los de Antes....
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Conduce Daniel Loisi, Patricio Pato Paludi y Laura Manzaneda.
Todos los Lunes de 15 a 17Hs. en Directo por ARINFO. www.arinfo.com.ar
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"Espartaco" de Stanley Kubrick - Un clásico del cine -

A 57 años de "Espartaco" de Stanley Kubrick - Un clásico del cine - "Cuando el cine era cine" - por Daniel loisi -
El primer director de esta superproducción había sido Anthony Mann que fue despedido por la estrella de la película, nada menos que Kirk Douglas a poco de empezar a filmar.
La revuelta de esclavos en la antigua Roma, mezclando las luchas intestinas en el senado y la fraternidad entre los esclavos eran los temas principales de esta monumental película de 1960 a 57 años de su realización.

Espartaco es Kirk Douglas que inspira a muchos como él a levantarse contra sus opresores, entre ellos el joven Antonino que era interpretado por Tony Curtis que es a su vez un favorito del emperador Marco Craso al que interpreta de una forma temible y malvada el impactante Laurence Olivier.
La famosa escena en que Tony Curtis "Antonino" baña a Laurence Olivier "Marco Craso" se cortó en 1960 porque algunos la consideraron una escena "gay". Cuando la película se restauró y se volvió a dar en los cines se incluyó la escena sacada y Anthony Hopkins dobló a Laurence Olivier que había fallecido.
Tremendas secuencias de masa y combate, con escenas memorables hizo de "Espartaco" un clásico inolvidable.
Conmovedora película épica que logra tener momentos muy emotivos como la pelea entre Espartaco y Antonino, obligados a enfrentarse para ver quien moría en la cruz. O la escena del final cuando la esposa de Espartaco "Varinia" interpretada por la dulce Jean Simmons, sostiene a su hijo en alto para que su padre Espartaco lo vea mientras está agonizando en la cruz junto a los hombres que lo siguieron. La imágen del camino con todos los crucificados es realmente demoledora, muy pocas veces vista en el cine.
El elenco era notable: Kirk Douglas, Laurence Olivier, Tony Curtis, Charles Laughton, Jean Simmons, Peter Ustinov que ganó un oscar de reparto por ésta película, John Gavin, John Ireland, Herbert Lom, John Dall, entre otros.
Duraba casi tres horas y media con un intervalo y era un espectáculo imponente.
El único del elenco que vive es Kirk Douglas que está a punto de cumplir 101 años.
Douglas siempre se quejó del esfuerzo físico, al hacer esta película, ya tenía 44 años.
Un dato curioso, la musica de "Espartaco" fue usada por Martín Karadagian para sus "Titanes en el ring".
Si hoy tuviera que hacer la crítica no lo dudaría un solo instante: 5 Páginas Excelente.
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Cierre de Temporada EL SEÑOR GALINDEZ - 6 año. Pavlovsky Por Loisi

TATO SE REALIZÓ LA ÚLTIMA FUNCIÓN DE TU OBRA "EL SEÑOR GALINDEZ" QUE VENGO REPRESENTANDO DESDE HACE SEÍS AÑOS CONSECUTIVOS.
GRACIAS POR HABERME DADO SIEMPRE LOS DERECHOS PARA REALIZARLA, POR HABERME DICHO QUE ESTOY EN PERSONAJE, EL MISMO QUE INTERPRETASTE VOS, BETO.
GRACIAS POR HABERME ACOMPAÑADO SIEMPRE EN MIS CURSOS DONDE TUS TEXTOS SON DE CONSULTA PERMANENTE.
TE PUSISTE CONTENTO CUANDO PROCLAMARON A MI PUESTA DE "INTERES CULTURAL" Y ESTABAS MUY ALEGRE CUANDO LEISTE LAS CRÍTICAS.
TE ENTUSIASMASTE CON EL PROYECTO CINEMATOGRÁFICO EN LA CUAL IBAS A ACTUAR Y TE HABÍA GUSTADO MUCHO EL GUIÓN.
CUANDO FUISTE NOMBRADO CIUDADANO ILUSTRE DIJISTE ALGO QUE ME QUEDÓ GRABADO PARA SIEMPRE: "AÚN SINTIENDO QUE ESTÁ CERCA SIGO HACIENDO TEATRO Y SI SIGO HACIENDO TEATRO ES QUE NO PUEDO DEJAR DE HACERLO...."
GRACIAS POR TODO LO QUE LE DISTE AL TEATRO, GRACIAS POR TU SABIDURÍA, GRACIAS POR TANTO.
ESTÁS SIEMPRE PRESENTE EN CADA FUNCIÓN, ACOMPAÑÁNDONOS COMO SIEMPRE.....!!!!
GRACIAS QUERIDO TATO!!!!! INOLVIDABLE POR SIEMPRE!!
https://lapaginadedanielloisi.blogspot.com.ar/2017/11/el-senor-galindez-de-tato-pavlovsky.html







viernes, 17 de noviembre de 2017

“EL SEÑOR GALINDEZ" DE TATO PAVLOVSKY DIRIGIDA POR DANIEL LOISI

- CRÍTICAS -

“EL SEÑOR GALINDEZ" DE  EDUARDO PAVLOVSKY

Un Clásico del Teatro Argentino
Dirección General DANIEL LOISI

“Declarada de Interés Cultural en la Ciudad de Buenos Aires”
"Declarada de Interés Cultural en la Ciudad de Mar del Plata"



Todas Las Críticas!!!....
Temporadas 2012- 2013- 2014- 2015- 2016 Y 2017

Dijo Rómulo Berruti: "Impactante y fuerte espectáculo con actores que se la juegan con escenas fuertísimas, violencia extrema, imposible aburrirse, una obra que hay que ver....!!!!!! (Plumas, Bikinis y tango, 92,7 - La 2x4)
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Dijo Luis Kramer: "El Señor Galindez" dirigida y actuada por Daniel Loisi con un grupo actoral magnífico y una puesta en escena brillante, sorpresiva y muy magnética, la mejor de todas las versiones" - Radio América: "Cinefilia"

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Dijo Jorge Dorio: Un espectáculo fuerte y conmovedor, no puedo hablar, impactante, demoledor, para ver y pensar.
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Dijo Diario Info Bae: Un auténtico clásico de Eduardo Pavlovsky y uno de los textos más fuertes de la dramaturgia argentina de las últimas décadas. El señor Galíndez es, ni más ni menos, un torturador. Pero su vida es además el rito de lo cotidiano, de lo que le pasa a todas las personas todo el tiempo. Daniel Loisi -director de la puesta y actor- toma el drama y concibe una puesta en escena fuerte, de enorme actualidad, donde el contraste entre la persona y lo que hace nos lleva a cuestionar las raíces más profundas del mal y de la perversidad. El elenco de la obra se pliega a la intensidad que el propio texto propone y provoca un espectáculo que cuestiona e interpela a ese monstruo que todos podríamos llevar dentro.
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Dijo Gabriel Fresta: Impactante, jugada, excelentes actuaciones, climas desgarradores, gran puesta en escena....!!! Radio Del Plata. Portal MSN

"El Señor Galíndez": Imágenes del horror


Buenos Aires, 25 de junio (Reporter, por Gabriel Fresta). Continúan las funciones de "El Señor Galíndez", un clásico del teatro contemporáneo. La obra de Eduardo Pavlovsky narra la historia de tres personas que aguardan ocultas la llamada de teléfono de quien los manda a cumplir "trabajos". Encargos que llevarán al espectador, primero a la incertidumbre de quien es el demandante y también a cuáles son las labores y de qué manera las llevarán a cabo.
Abruptamente, la verdad aparece en forma de brutal tortura dejando entrever que la voz en el teléfono nos conduce directamente a una parte nefasta de la historia.
El grupo de teatro liderado por Daniel Loisi (quien dirige y protagoniza) invita con la obra a un pesadillesco encuentro con la violencia, con ánimo de retener en la memoria hechos que nunca deben olvidarse. El teatro funciona, así, como documento y activador de la memoria.
Es difícil la tarea de encontrar un grupo de actores que ofrezcan no sólo su buena interpretación sino que además involucren su cuerpo en una obra de tanta exigencia física.
Es por eso que hay que destacar en esta puesta los nombres de estos jóvenes que llevan a buen puerto esta difícil propuesta.
Más allá de Loisi vemos a Gustavo Langelotti, Pablo Walluschek y Daniela Cerliani destacando la labor de Laura Manzaneda que, quizás por la exigencia del papel que interpreta, merece un tratamiento especial.
"El Señor Galíndez" se puede ver en el Teatro IFT, en Boulogne Sur Mer 549 de la Ciudad de Buenos Aires, los viernes a las 22. (Reporter)

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Valioso material documental


Espectáculos


Por Carlos Pacheco - LA NACION

Daniel Loisi, en tanto director, logra un espectáculo muy equilibrado en el que la violencia, la tensión, el ritmo, van alimentando con acierto ese realismo exasperado que reclama el texto. Loisi diseña también unos personajes muy elocuentes. Con rasgos muy bien definidos, los intérpretes se dejan arrastrar de manera fluida por esas conductas que han modelado con mucha seguridad. El cruce de esos mundos es potente y, por lo tanto, el espectador se verá verdaderamente agobiado por algunas escenas que resultan buena síntesis del germen de la pieza.
Para muchos, El señor Galíndez puede resultar un material muy coyuntural, fuerte expresión de una época, cuya vigencia puede resultar cuestionable. Lo cierto es que, en esta puesta, ese texto adquiere una interesante dimensión documental y eso resulta valioso.
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Dijo Patricio Paludi: Un espectáculo impactante con actores que le ponen el cuerpo a situaciones extremas. Después de verla todos necesitamos un tiempo para salir de esa realidad tan shockeante a la que te somete. Una aproximación a la faceta más humana de personajes monstruosos de nuestra historia. No se la pierdan. Todos los viernes a las 22 hs en el Teatro IFT Boulogne Sur Mer 549 a metros de Av. Corrientes.

CRÍTICA POR PATRICIO PALUDI- MEDIO: RADIO ARINFO

Tres personas en una habitación esperan ordenes de un jefe al que no conocen personalmente. Beto y Pepe llevan años trabajando juntos, se conocen muy bien. El tercer hombre acaba de llegar, es mucho mas joven y debe ser preparado y entrenado para aprender a realizar los “trabajos” que el Señor Galindez solicita. La relación con el novato no es para nada cordial y el entrenamiento mismo se convierte en una sesión de tortura…

Esta pieza emblemática de Pavlovsky nos entrega una mirada a la faceta mas intima y cotidiana de un grupo de torturadores que aunque se comportan como personas normales llevan la violencia a flor de piel, generando una situación de tensión y terror constante. La única forma de relacionarse de estos personajes es a partir del sometimiento, el abuso y la agresividad.

El Señor Galindez busca a través del realismo extremo de sus interpretes conmocionar a los espectadores. Durante el espectáculo Daniel Loisi (director y actor) da rienda suelta a la cruda violencia y todo el elenco responde de forma maravillosa. Sin dudas una obra impactante y excelentemente actuada que somete al publico a una experiencia fuerte y estremecedora que no los dejará indiferentes.

El Señor Galindez de Tato Pavlovsky dirigida por Daniel Loisi y con las actuaciones del director junto a Pablo Walluschek, Gustavo Langelotti, Laura Manzaneda y Daniela Cerliani, comienza a despedirse en esta exitosa segunda temporada y lo hace con dos funciones especiales los dias Miercoles 6 y 13 de Noviembre a las 22 hs. en el teatro IFT.

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El regreso de una pieza fundamental  del teatro político –


Tiempo Argentino


  El espectador, desde el principio, se sumerge en un clima demasiado intenso. A medida que pasa el tiempo, el estado de incomodidad e incertidumbre aumenta junto con los niveles de violencia de cada escena. La obra El señor Galíndez, de Eduardo Pavlovsky, fue estrenada por primera vez en 1973 y a partir de ahí se convirtió en una de las piezas fundamentales del teatro político. Hoy, el director Daniel Loisi decide llevar hasta el límite el texto y mostrar de forma realista y cruda el relato del autor.

El sonido violento de las cachetadas y las trompadas sobre la piel retumba en la sala. Mientras discuten y pelean, los personajes rompen con la cuarta pared y se meten entre las butacas: el espectador se vuelve parte de la escena y, de forma inevitable, se convierte en un testigo silencioso de lo que pasa en ese lugar. 

Esta versión de El señor Galíndez, ayudada por el diseño de las luces y por la música al estilo de las películas de Leonardo Favio, apela al impacto visual y emotivo. Los actores ponen el cuerpo a disposición del texto y se dejan gritar, insultar, golpear y arrastrar por el suelo.

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Dijo Jorge Booth - Tierra de Actores - Am 740 -28 de junio

Anoche fuí a ver "El Señor Galíndez" de Eduardo Pavlovsky al Teatro IFT, gracias a la gentil invitación que me hicieron llegar. Lo hice, sabiendo que es una obra muy fuerte, que habla sobre los torturadores, sobre los grupos de...
tarea de las dictaduras militares que tanto sufrimos en nuestro país años atrás. La puesta de Daniel Loisi es impresionante, desgarradora, ya que muestra con la máxima verdad posible en un escenario teatral, la violencia, el sadismo, la locura de los torturadores y el pánico de las víctimas. Se mete a pleno, con absoluta verdad, en una de las peores facetas que podemos mostrar los seres humanos. Un aplauso para director y elenco, que realmente "ponen el cuerpo" en esta obra.

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PÁGINA12 
"TATO" PAVLOVSKY EN LA CARTELERA PORTEÑA

Teatro para mantener viva la memoria


 
Daniel Loisi realizó la puesta de El señor Galíndez: "Pavlovsky hoy está más vigente que nunca, Loisi, quien está al frente de El señor Galíndez, otra de las obras más conocidas del teatro pavlovskiano, desliza: "Hoy, que los argentinos tenemos memoria, Tato está más presente que nunca. Moviliza y agiliza la memoria".

El señor Galíndez es una obra que tiene sus años es de 1973, pero podría decirse que el tiempo la ha convertido en un clásico. Todavía tiene mucho que decir, más en una sociedad que ha puesto en el centro de la discusión política la cuestión de los derechos humanos, un tema omnipresente en los libros de Tato.

Por El señor Galíndez, pieza fundamental del teatro político, a Pavlovsky le pusieron una bomba, en 1974. Si los textos están atravesados por la historia, éste es un caso paradigmático. Con esta obra, los espectadores se encontrarán con un relato coral que Potestad, con más personajes, y más realista también. En realidad, hiperrealista. Loisi buscó, sobre todo, que el espectáculo emane violencia. "Esta puesta es diferente a todas las que se hicieron. Algunos colegas me dijeron que es la versión más impactante de todas", arriesga el director. "Siempre camino en el borde del teatro y el estilo cinematográfico u operístico. Intento un teatro vivo, de sangre, sin mentiras y con mucha pasión", asegura. El también está en escena. Encarna a Beto, uno de los torturadores de poca monta que recibe, junto a Pepe (Gustavo Langelotti) la visita de un joven torturador con formación intelectual.

Este joven llamado Eduardo (Pablo Walluschek) llegó para aprender la práctica de la mano de Pepe y Beto. Tal como está en el texto, quien da las órdenes, Galíndez, no aparece en escena: en primer plano hay un teléfono, que es el símbolo de esa presencia-ausencia. Hay, efectivamente, mucha violencia en la puesta: hay golpes, personajes que se arrastran y que gritan. "Trabajamos la violencia y el erotismo buscando una credibilidad lo más grande posible, sobre todo en la escena de tortura con las actrices que representan a las prostitutas (Laura Manzaneda y Daniela Cerliani). Ahí queda reflejado lo enfermos que son estos tipos, que ni pueden gozar del sexo porque encuentran el verdadero goce en la tortura", reflexiona Loisi. "Busqué una ruptura teatral que se da en varios momentos: por ejemplo, cuando mi personaje golpea con el cinturón al joven. Le dice: ‘¿Qué te crees? ¿Que estás en un teatro? Esto es de verdad’. Rompemos la cuarta pared y hacemos que el público deje de ser un espectador pasivo", concluye.

El señor Galíndez: viernes a las 22 en el IFT, Boulogne Sur Mer 549.

Crítica por
Daniela Yaccar- Tiempo Argentino.-______________________________________________________


HENDIDURA TEATRAL

El Señor Galíndez” de Eduardo Pavlosky
Dirección: Daniel Loisi

Los torturadores. ¿Se merecen algún tipo de contemplación?, ¿Se merecen ser escuchados?, ¿nos interesan sus vidas personales o su perfil humano?  El Señor Galíndez es uno de ellos. Durante un largo tiempo nos contará acerca de su situación laboral, familiar, ideas políticas… Y también como torturaba cumpliendo órdenes de un anónimo, el cual no dejaba de preocuparle en cuanto a su paradero.
Las excelentes actuaciones, logran acortar no sólo el gran escenario del IFT sino también los tiempos, nos pone casi en primera persona y más aún en el final, en el cual se observa el profesionalismo e interés de los actores por aclarar y compartir las vivencias previas al estreno en cuanto a este tema.
Ambos torturadores que responden al poder sólo hacen eso, responder, no objetan nada y sí lo hacen enseguida vuelven a aceptar las nuevas directrices. Un teléfono es el que los separa del contacto físico, una llamada es la señal de que algo ha de suceder a partir de ese momento.
Con el correr de los minutos el público empieza a afectarse por lo que está sucediendo y tiene motivos, la violencia va en aumento tanto física como psíquica entre ellos y a terceros, ya sean simples aprendices o prostitutas. Lo cierto es que no se diferencia ni género ni rango. El más fuerte o el de mayor experiencia gobierna este momento.
 La obra quiere sin dudas mostrarnos un lado humano de los torturadores. Ese lado mencionado quedará en cada uno de los espectadores examinarlo, analizarlo, comprenderlo o no. En lo particular prefiero, si se me permite, compartir el lado humano de los actores ya sea por tomarse unos minutos al final de la obra como así también representar una historia más que dolorosa en nuestra historia.

TEATRO IFT
Boulogne Sur Mer 549 
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina

Crítica Por Sergio Di Crecchio
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CRÍTICA de "EL SEÑOR GALINDEZ" de TATO PAVLOVSKY por Rodrigo Arjona, Medio "RADIO BUENOS AIRES ARTE"

Viernes 7 de junio, fui a ver al teatro IFT, "El Señor Galíndez" de Eduardo "Tato" Pavlovsky, gran obra, fuerte si las hay, la conozco como para saber ese detalle. La obra esta dirigida por Daniel Loisi y también su puesta en escena. No hay mucho que contar de la temática y la trama, es una obra que pone en el escenario al torturador inmerso en la normalidad, o mejor dicho, en la cotidianeidad. Una voz en el teléfono da órdenes de espera o actuación en un trabajo que esos personajes toman como tal, como un "trabajo" normal y corriente.
Eso plantea la obra y sigue la puesta en escena de Daniel. Y las actuaciones del mismo Loisi y de Gustavo Langelotti como "Beto" y "Pepe" los dos "empleados del "Señor Galindez", mas Pablo Walluschek como "Eduardo", el aprendiz que los dos primeros tienen que "entrenar" siguen esa misma cotidianeidad opresiva de la espera de un "trabajo", y entre ellos se muestra la tensión y las contradicciones de la persona humana, que puede ser tanto un ser violento y perverso como un comprensivo personaje. Las apariciones de Laura Manzaneda y Daniela Cerliani, como "La Negra" y "La Coca", dos prostitutas (dos paquetes), que son llevadas solo para diversión de los dos hombres, para "aguantar" la espera, hace que se desaten las tensiones políticas, sexuales y personales de los tres hombres, logrando cerrar un círculo que se había abierto con la relación entre los tres en los momentos de soledad y espera. La puesta, la dirección, las actuaciones me gustaron toda. Me pareció un espectáculo digno de ver. Me quedo con mis sensaciones personales, una obra que me gustó por sí misma, y por la valentía y profesionalismo con que los actores y el director la encararon. El profesionalismo y el amor, la admiración al "Tato" que se sintió, y la libertad. Seguramente la puesta es distinta de la original, de hecho Daniel Loisi lo aclara en una conversación post obra, que según sus propias palabras, sirve para descargar las tensiones que la misma provoca en ellos y el público.
En resumen, una buena experiencia, una obra que se deja ver y que invita a repetir la experiencia. Agradezco la invitación hecha por la actriz Laura Manzaneda e invito a los amigos a verla y disfrutarla como la disfrute yo.

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“EL SEÑOR GALÍNDEZ”, obra del genial Tato Pavlovsky que se representa en la cartelera porteña por 3ra. Temporada consecutiva.
Tres actores y dos actrices nos muestran con total crudeza una página tristemente recordada de la historia argentina.
Pensamientos y acciones perversas que dos personajes ejercen descargando con furia los odios y resentimientos que, en una época fue actualidad reprimida y hoy es historia que puede ser contada libremente como en esta lograda puesta donde sus protagonistas juegan al extremo cada escena con una admirable entrega y compromiso. “EL SEÑOR GALÍNDEZ” nos invita a reflexionar un pasado no tan lejano que ojalá nunca se repita.
Excelente labor actoral donde se pone de manifiesto claramente los acuerdos entre quienes actúan para llevar el conflicto al límite y mantener al espectador sorprendido no sólo por el drama planteado y su alta carga de violencia, sino también porque hay momentos donde el humor negro y la ironía despiertan alguna que otra carcajada en la sala.
Crítica por Silvio Adrián, “Tangolpeando”.
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Crítica Por Amadeo Lukas- REVISTA VEINTITRES-

EL SEÑOR GALÍNDEZ de Eduardo Pavlovsky. Dirección General: Daniel Loisi. Con Daniel Loisi, Gustavo Langelotti, Pablo Wallusckek, Laura Manzaneda y Daniela Cerliani. Los viernes a las 22 hs en el Teatro IFT, Boulogne Sur Mer 549.
4 (cuatro) zapatos. MUY BUENA.
El Señor Galíndez, obra emblemática del teatro argentino de los años 70, fue estrenada antes de que asuma en el país la peor dictadura represiva de la historia argentina. Sin embargo, las desnaturalizadas costumbres de los torturadores ya estaban plenamente vigentes en los gobiernos militares anteriores, y eran aplicadas de manera sistemática. Y Eduardo Pavlovsky ya había podido desglosar y retratar de manera singular y a la vez pavorosa un submundo que luego sería una realidad cotidiana a partir del golpe de estado de 1976. El talento dramático y expresivo del actor, psicólogo y dramaturgo, en este caso también redundó como una inquietante anticipación de un futuro cercano y desquiciado. Como si los propios verdugos se hubieran “inspirado” en su obra.
Por todas estas razones, volver a embarcarse en una puesta de esta pieza memorable, por más perturbador que resulte, se puede considerar oportuno. No sólo para conmover y sorprender a las nuevas generaciones y oficiar de testimonio evocativo de otras, sino también para desasnar a unos cuantos incautos que fueron contemporáneos del espanto casi sin darse por enterados.
La puesta de Loisi es extrema, demoledora y lacerante. Sin concesiones, ni con respecto al público ni con respecto a su propio elenco, que está permanentemente jugado y al borde de recibir algún golpe o situación que ponga en riesgo su seguridad física. El Señor Galíndez pone en escena a dos hombres agresivos y denigrantes y un joven aparentemente timorato compartiendo un mismo espacio. Los tres personajes, en mayor o menor medida, aguardan perversas órdenes del hombre que le da título al espectáculo, encargos que de a poco pondrán en evidencia su carácter flagelante. Dos chicas formarán pronto parte de una semblanza que todo momento destila violencia y degradación, al punto de angustiar y comprometer sin pausas al espectador.
El sonido de las agresiones físicas se escucha como auténtico, el realismo que se pone en escena parece exacerbado, pero nada se siente como innecesario o caprichoso. Los intérpretes, Gustavo Langelotti, Pablo Walluschek, el propio Daniel Loisi, desarrollan por su verosimilitud y convicción, y el aporte de Laura Manzaneda, con su carisma y belleza, ofrece un contrapunto apropiado, que se integra, junto a la otra actriz Daniela Cerliani, a un cuadro que denigra la condición humana. En suma, una gran revisión de un clásico contemporáneo de Pavlovsky, una experiencia tan difícil como insoslayable de apreciar.
Crítica por Amadeo Lucas, Revista Veintitrés.
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El Misterioso Señor Galindez y una Excelente propuesta.
por Beatriz Iacoviello

¿Quién es Galindez? Un apellido cualquiera que esconde un misterio, un fantasma, en el que se espeja una sociedad que sufrió el síndrome de la paranoia, y hoy el de la violencia. Por eso tal vez es bueno refrescar la memoria con obras de teatro que narran hechos del pasado, pero que de un modo u otro mantienen vigencia en la actualidad.
“El Señor Galindez” de Eduardo “Tato” Pavlovsky, se representó por primera vez en 1973, en el Teatro Payró y reflejaba en el momento de su estreno la problemática de secuestros y torturas, que eran ejercidos por el Estado a través de grupos paramilitares, denominados triple A: “Alianza, Anticomunista, Argentina”, iniciadores de la prolongada dictadura que asoló al país durante una década. A los pocos días de su estreno el teatro fue incendiado en un atentado y ese fue un anticipo de lo que vendría después. Pavlovsky se refugió en España.
Si bien la brutalidad, secuestro, y muerte, hoy no provienen de manos autoritarias, surgen a través de individuos que viven en la marginalidad y matan por un puñado de pesos o joyas o artefactos eléctricos. En aquel tiempo también desaparecían no solo las personas, sino también los bienes.
Pavlovsky propulsor del teatro total y el realismo fantástico a la manera de E. Vajtángov, en los que se conjugaban elementos del grotesco y el expresionismo, busca reflejar en su texto no sólo la rutina de un torturador sino su aceitado mecanismo para ejercer su oficio, que a su vez responde a un sádico personaje: el ausente Señor Galindez.
El verdugo funciona a través de una voz en el teléfono, que le dará a conocer misiones y trabajos. Mediante acciones violentas los personajes denuncian un estado de intolerancia irracional, metáfora política de nuestro presente social, que proviene de un pasado que no conoce la palabra fin y siempre regresa encubierto en nuevas formas de limitación: hoy la inseguridad.
La puesta de Daniel Loisi buscó acrecentar la inquietud del público a partir de un hiperrealismo exacerbado, mezclado con lo grotesco y expresionista que propone Pavlovsky, ese cóctel generará en el espectador, tal vez, la misma angustia que provoca el recuerdo de aquellos días.
La propuesta es la de un teatro de búsqueda que intenta conectar a personajes, actores y público con aspectos reales de su cotidiano estado de ánimo. Una puesta siempre posee la voz del autor y la mirada del director, ambas desde una representación a propósito confusa, más analítica y reflexiva que se encarga de deconstruir conceptos, creencias o valores que circulan socialmente, los cuales autor y director la ofrecen desde perspectivas opuestas.
Las pausas, los acentos, el ritmo y el sentido lo imponen los intérpretes, y el espectador, cuya mirada analiza los metamensajes ocultos en la propuesta. A los actores les toca poner el cuerpo, y los hacen con excelencia, incluido el propio Daniel Loisi, que compone el personaje de alter ego del Sr. Galindez.
El Sr. Galindez imprime sobre el espacio despojado de un cuarto clandestino cualquiera, el espíritu poco bondadoso de dos hombres: Beto y Pepe sumergidos en sus acostumbradas tareas de limpiar las herramientas o fierros propios de su trabajo, dialogar sobre sus vidas y esperar el llamado del Sr. Galindez. Luego enseñar a un joven aprendiz que calcará más vicios que virtudes de un oficio tan antiguo como el de la prostitución. No es casual que Pavlovsky los una bajo un mismo techo. Prostitutas y torturadores comparten esa relación sadomasoquista de ser sometidos a alguien, ellas a los torturadores y éstos
al Sr. Galindez.
“El Señor Galindez” es una propuesta excelente que permite reflexionar no sólo sobre un pasado no tan lejano, sino también sobre la realidad actual y un futuro en que la violencia no parece remitir y se vuelve incuestionable entre instituciones policiales, judiciales y carcelarias no sólo de nuestro país sino en el mundo.
El elenco está compuesto por el propio Loisi, Gustavo Langelotti, Christian Heredia, Laura Manzaneda, Pablo Walluschek y Marilú Maygret. El asistente de dirección y ejecución de sonido es Germán Facundo Rearte, Manzaneda asiste en dirección y asesora en imagen y Maygret está a cargo de la fotografía.

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Crítica por Silvina Brandana- Cultura del Ser Producciones.
Altamente · Recomendada
El Sr. Galíndez De Eduardo "Tato" Pavlovsky

Sin Memoria No hay Futuro
Sin Historia No hay Identidad

"El Señor Galíndez”, escrita en 1973 por Eduardo Pavlovsky, teatro político de choque contra la subjetividad y las instituciones del fascismo.

Refleja la imagen del torturador inmerso en la normalidad de lo cotidiano. Es una obra que plantea a la tortura no como patología individual sino como producción de subjetividad institucional. Una tortura diaria, cotidiana, interiorizada como conducta normal, aceptada y valorada.

“Si insistimos en los cuadros psiquiátricos individuales de los torturadores perdemos de vista el eje central de la problemática: la tortura como institución”, destacó Pavlovsky.

Una habitación, con pocos muebles, ambientado para pocas personas, un hombre está dentro, se muestra inquieto, expectante. Recorre el ambiente, como que no conoce el espacio. A él lo mandó Galindez a que fuera ahí.
Llegan dos tipos más, asombrados por ver a éste, dentro de la pieza. Les llama la atención, no sabían nada de su llegada, el Sr., no les avisó.
Comienza la presentación entre ellos, muy particular por cierto. Cargado de violencia, maltrato, intolerancia, como poniéndolo a prueba. Lo ningunean a más no poder. Y se regodean de su profesionalismo y conocimiento, por llevar un par de años trabajando para el Sr. Galíndez; con diversos procedimientos que provienen de sus experiencias. Cosa que el recién llegado, sólo habla de él a través de un libro que leyó.
Hasta aquí son solo tres hombres, en un mismo lugar, preparándose para vaya saber que…que ellos lo consideran “trabajo”.
Y que de hecho, a uno de ellos, le preocupa perderlo. Es por eso, que estudia, mientras espera, perturbado por el encierro, proyecta otra actividad, ante la pérdida de este empleo. Además tiene una hija, con quien habla de forma muy cariñosa por teléfono, cosa contraria a como habla con la mamá de la nena.
En cambio el otro, se dedica hacer gimnasia, prepararse físicamente, mientras que el recién llegado, sólo duerme.
La concepción del personaje invisible de Galíndez, su presencia-por-ausencia, y el siniestro recurso de la comunicación intermediada por el teléfono, es lo único que sabemos de él. Es todo un misterio, sólo una voz. Escuchada por ellos a través de un auricular. No es siempre la misma voz, y en algunos casos poseen matices deformantes. Lo que por momentos, les hace dudar ante la ejecución de una orden. Pero la paga es buena, Galindez existe. Por más que jamás lo hayan visto. Esto carga la presencia del poder, por más que sea inaccesible a la vista. Manipulados estos empleados, cuando el teléfono suena, estos fortachones acuden de inmediato, obedecen a raja tabla, las misiones que se le encargan.

Una de esas, fue buscar un “paquete” en la esquina, con etiqueta de regalo para estos sujetos.
Allá aparecen dos mujeres, dos jóvenes prostitutas. Amordazadas y unidas entres sogas.
Y es ahí, cuando los castigos, la represión y el salvajismo se hacen presentes en su máxima expresión.
Ellos son torturadores, dos mentes criminales que realiza su "trabajo" espantoso sin que nadie lo perciba, sacan de su maletín, materiales para su procedimiento, cómo un cirujano, utiliza sus instrumentos quirúrgicos. Manteniendo una calma y "normalidad", como auténticos profesionales del horror. El joven es invitado, a tomar parte de esta ferocidad, y es ahí cuando revela su identidad, también es uno de ellos, abrirá su estampa de fascista y cruel colaborador, hace un discurso de lavado de cerebro, que lo conduce a ser un siniestro represor más.

El Señor Galíndez, trata de “despertar la conciencia crítica del espectador no solo ante la representación sino a través de esta, ante su propia vida” pero alejado de cualquier dogmatismo que pudiera convertir el escenario en cátedra o estrado, con apelación exclusiva a principios éticos, es decir, universales e incuestionables, para definir las actitudes de los personajes, no a meras diferencias ideológicas, políticas o morales.

Profundiza definitivamente esta tendencia y temática de represores y colaboradores de la Dictadura. Los personajes se detallan desde lo físico hasta lo psicológico. Se trabaja la estética de estas fiera presentándolos más ambiguos y complejos de lo que imaginamos.

En el escenario, no se convierten en dos monstruos, sino en seres simplemente cotidianos. Como ejecutores profesionales de la tortura, también pueden ser buenos padres, sentir inseguridad respecto a su “profesión” y temer los relevos que pueden producirse en lo alto sin que ellos se enteren.

El joven que manda el Sr. Galíndez para que aprenda el “oficio” puede recorrer el intrincado y complejo mundo de los afectos de personas que han quebrado su ética, precisamente confrontándola con su reverso estético.

Hay una vergüenza de la que no se vuelve: la tortura.

Parece claro que la obra responde a un deseo del autor de dar forma a un contenido que tiene necesidad de expresar, un ajuste de cuentas con un tema -o una realidad- que le concierne.

El director y/o actor Daniel Loisi, impregnó de realismo esta obra. Marcando una fractura profunda del devenir histórico argentino. Simplemente brillante. Con una necesaria realización, y una excelente ejecución y adaptación. Acompañado por un selecto y majestuoso grupo de actores, que con profesionalismo cuentan una historia dura, con profundidad, crudeza y verosimilitud.
Una obra que da para opinar, ya que no se puede salir, como entraste, se puede charlar sobre el tema y hacer memoria, o informarse aquellos que no lo están. Es por eso que los intérpretes, invitan a un debate, a la finalización de cada función.

Calificación: Excelente

Crítica por Silvina Brandana- Cultura del Ser Producciones

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Marcelo Oliveri- Medio: Tres de Prensa- Radio Sentidos y Tardes de Ultramar- Radio Papa Francisco.

SON UNA MASA!!!!! Fue un verdadero placer ver El Señor Galíndez en El Vitral. Primero porque he visto muchas versiones, pero esta que protagonizan Daniel Loisi y Laura Manzaneda es la más REAL que he visto. Las escenas de violencia son MUY...JUGADAS y son al límite. Laura Manzaneda y Marilú Maygret se entregan al torturador hasta el paradoxismo. Pablo Walluschek y Gustavo Langelotti tampoco desentonan y se entregan a esta obra del Tato Pavlovsky. El Señor Galíndez es una obligación moral y cívica que todos tienen que ver, en especial las nuevas generaciones. Para que esto no se repita NUNCA MÁS. Cuando uno termina de ver la obra nos viene a la memoria esa frase que repetíamos y repetimos siempre en las marchas de las Madres: Juicio y Castigo a todos los culpables que mataron gente, torturaron y hoy no están entre nosotros. Pero mientras haya actores de Raza como los que hacen esta obra, la memoria de nuestros desaparecidos está siempre latente. Gracias, es poco. MEMORIA,

MEMORIA no la debemos perder. EXCELENTE!!!!

Marcelo Olivieri

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Gustavo Rodríguez – Medio: Tres de Prensa– Radio Sentidos.

“EL SEÑOR GALÍNDEZ” de Eduardo Pavlovsky. Declarada de Interés Cultural por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. Y también Declarada de Interés Cultural en Mar del Plata. Con Daniel Loisi, Gustavo Langelotti, Pablo Walluschek, Laura... Manzaneda y Marilú Maygret. Bajo la dirección y puesta de escena del mismo Daniel Loisi. Es un clásico del teatro, con un texto de Pavlosky, muy fuerte, muy conmovedor, impactante y relata una época nefasta de la Argentina, que hemos padecido. El Señor Galindez es un torturador, quien tiene contratos con otros torturadores, quienes ellos lo toman como un trabajo normal, gente que tienen hijos y familia con una vida común. Pero dentro de ellos sacan lo peor de un ser humano. Una historia violenta, demoledora, de terror. Yo como tengo familiares desaparecidos no dejé de tener escalofríos, las escenas son fuertes, de picanas y de torturas. Las actuaciones y la dirección de Loisi; son impecables. No pueden dejar de ver esta obra, la recomiendo.

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CRÍTICA Por Alejandro Massip. "Compartimos la Semana" – Radio Arinfo. www.arinfoplay.com.ar - Lunes de 19 a 21 hs.

"EL SEÑOR GALINDEZ" -
Cuando "TATO" PAVLOVSKY escribió la obra (1973) no solo de...escribió una realidad que cada vez más personas padecían sino que se adelantaba, con la lucidez de los elegidos, por tres años al mayor drama político-social de la historia argentina ... DANIEL LOISI parece comprender en cada escena todas las vivencias del autor en una puesta vigorosa que alcanza su pico más alto, aprovechando todos los efectos y toda la sala, en los momentos de extrema violencia como también en los que aparece el boxeo (bien saben los directores resulta muy difícil de marcar). Tanto ÉL como GUSTAVO LANGELOTTI y PABLO WALLUSCHEK se meten en la piel de sus multipolares personajes (donde se mezclan la violencia, la ironía, el sadismo y hasta la ternura) con la natural maestría de quienes saben sacarle todo el jugo a sus composiciones... un párrafo especial para las actrices, que aparecen en el momento del pico más alto de la obra no ahorrando nada de sus grandes cualidades. Sigamos de cerca la carrera de LAURA MANZANEDA quien nos ofrece toda su fuerza, entrega y sensualidad en un rol que recordaremos durante mucho tiempo. MARILU MAYGRET, por su parte, nos hace vibrar ante cada una de las situaciones que padece su personaje valiéndose de recursos que, quienes vemos mucho teatro, sabemos no están al alcance de todas las intérpretes.
Declarada de "Interés Cultural" por la ciudad de Mar del Plata y en su tercer temporada, esta versión de la obra del autor de "La mueca" y "Rojos globos rojos" vuelve a demostrar que el talento y la osadía siempre rinden frutos.

MUY BUENA. Alejandro Massip- "Compartimos la Semana" –
Radio Arinfo

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Crítica por Daniel Cholakian. Medio: La Tribu 88.7 FM

Una voz (de mando) en el teléfono

“El señor Galíndez” es probablemente uno de los textos más interesantes del teatro moderno argentino. Escrito en 1973, la obra de Tato Pavlovsky atraviesa los tiempos y las culturas porque el punto central de la trama es un trabajo sobre el ejercicio del poder. Lejos de pensar en su origen y su legitimidad, la obra pone en evidencia mecanismo del ejercicio del poder, pero además de ello hace patente el lugar del cuerpo en la relación de dominación. Adicionalmente da cuenta de la ambigüedad de los abyectos personajes que pone en escena: los torturadores. Del mismo modo que hará años después con “Potestad” Pavlovsky se anima a pensar al sujeto que ejerce tan brutal modo de poder de un modo contradictorio, capaces de la mayor brutalidad y el más cálido afecto familiar. La complejidad se hace mayor al dar un lugar esencial en el juego del poder a la palabra. La ausente que es la del señor Galíndez, pero también la de los personajes, que construyen sus propias relaciones de poder sostenido por un calculado juego de palabras.
La violencia –esa violencia que siempre tiene en definitiva como instancia final el ejercicio sobre los cuerpos- podría estar solapada o directamente ausente. Lo más destacable de la puesta de Daniel Loisi es que, aun trabajando todos los elementos presentes en la obra, decide apostar hacer patente la violencia en la escena. No solo visible. La violencia tensa constantemente el desarrollo de la obra. Esta decisión supone un riesgo actoral importante el ejercicio del poder ya no es solo sutil y complejo, sino también que se ejerce constantemente sobre los cuerpos de un modo real, palpable, concreto. Los actores están comprometidos con esta decisión y responden correctamente a las decisiones del director.
Esta violencia sin embargo no convierte a la obra ni en un espiral de tensión ni en un relato vertiginoso. El ritmo está perfectamente trabajado al igual que la tensión interna y la tensión inevitable en el espectador. En una obra con personajes tan marginales y violentos, los actores nunca ceden a la tentación de un histrionismo excesivo y de ese modo la violencia interna y externa de la puesta se hace más intensa.
“El señor Galíndez” es un texto imprescindible. Esta puesta cumple con proponer una mirada intensa y personal que hace honor al clásico.

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El Señor Galíndez, de Eduardo Pavlovsky – Las células parapoliciales en el teatro

La obra teatral El señor Galíndez fue escrita por Eduardo Pavlovsky en 1973, una convulsionada época de la política argentina en la que grupos parapoliciales de derecha, atomizados en células de tareas, realizaban atentados con explosivos, secuestros, torturas y asesinatos. Esta pieza de teatro,  cuyo argumento se afirma en el accionar de esas células, fue estrenada, pero en noviembre de 1974 el teatro donde se la representaba fue incendiado y su autor debió huir hacia el exilio. En 1984 El señor Galíndez fue adaptada a guión cinematográfico y filmada en España por el cineasta argentino Rodolfo Khun e integraban el elenco Héctor Alterio, Joaquín Hinojosa, Antonio Banderas y Cecilia Roth. Pavlovsky en su labor de dramaturgo le dio más peso a los textos que a la acción y de esa manera logra instalar en el espectador la ambigüedad en las personalidades de los protagonistas para luego, sorpresivamente, transformarla en dualidad. No en vano el autor es médico psicoterapeuta. Magistralmente muestra a personajes que pueden demostrar ternura tanto como reaccionar con crueldad. Hombres que toman naturalmente a la violencia como un gaje de su “oficio”, tienen actitudes de estar seguros de lo que hacen pero dependen de las órdenes que “alguien” les da por teléfono aunque no puedan precisar si siempre se trata de la misma persona. Son seres tan marginales como las prostitutas que aparecen en escena como un “regalo” de ese Sr. Galíndez, el que les indica qué es lo que tienen que hacer. Esta obra ha sido representada por elencos de casi toda Latinoamérica y se ha convertido en un clásico del teatro contemporáneo argentino. El director teatral Daniel Loisi tomó el desafío de llevarla nuevamente a escena y evidentemente tuvo que enfrentar la tarea de aligerar los simbolismos sin alterar ni la esencia ni el mensaje que entregó el autor para que los mismos fueran asimilables tanto para los espectadores adeptos al nuevo lenguaje teatral hermético como para los espectadores que prefieren un desarrollo con los clásicos códigos teatrales. Daniel Loisi en su puesta de El Señor Galíndez niveló texto y acción para quitarle densidad a la obra e incrementar su ritmo. De esta manera quedan desdibujadas algunas situaciones pero se ven fortalecidas otras, sobre todo las que tienen gran impacto en el espectador. Esta versión ya lleva tres años en cartel lo que demuestra que la obra de Pavslovsky no ha perdido vigencia y aún logra movilizar a los espectadores. El director también forma parte del homogéneo elenco que se completa con Gustavo Langelotti, Pablo Walluschek, Laura Manzaneda y Marilú Maygret. Las funciones se ofrecen en el espacio teatral El Desguace, ubicado en la calle México 3694 de la ciudad de Buenos Aires, los días viernes a las 22,30.

Carlos Herrera. Medio: Nivelarte Crítica Teatro.

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El Señor Galíndez Por Fredy Friedlander. Medio: "Leedor.com"


Excelente versión de un clásico teatral del maestro Pavlovsky
El sábado 20 de diciembre, a las 22 horas en el Teatro El Vitral (Rodríguez Peña 344), tendrá lugar la última representación teatral del año de “El señor Galíndez”, dirigida y protagonizada por el multifacético Daniel Loisi.
Su versión de la obra de Eduardo “Tato” Pavlovsky, que arrancó hace casi tres años en el teatro IFT, respeta en gran medida el texto original del autor de “Potestad”. Escrita en 1973 tuvo su primera puesta en escena dicho año bajo la dirección de Jaime Kogan y con el propio Pavlovsky interpretando a Beto, que aquí compone el propio Loisi.
Hubo también una poco lograda versión fílmica de Rodolfo Kuhn, pese a un elenco notable (Héctor Alterio, Antonio Banderas, Cecilia Roth) y a los antecedentes del realizador (“Los jóvenes viejos”, “Pajarito Gómez”), en la que fue su última película.
Lo que sorprende en “El señor Galíndez” es lo premonitorio de su contenido y mensaje (al ser anterior al Proceso), fuertemente influenciado por la obra de Hanna Arendt.
La mayoría de los personajes han sido conservados del original y sólo falta el de Doña Sara, la encargada de limpieza del ambiente único en que transcurre toda la acción. Su ausencia no afecta en nada el desarrollo de la obra y hasta casi podría afirmarse que evita distraer al espectador haciendo que se focalice en la pareja de torturadores, Beto y Pepe (Christian Heredia), y en el supuestamente novato Eduardo (Pablo Walluschek).
Será este último quien aparezca al inicio de la representación y su rol, pasivo al principio, adquirirá relevancia cuando un llamado del señor Galíndez les avise que les está enviando dos “paquetes” para que no se aburran.
Será el instante en que ingresen en escena los dos restantes personajes, ambos femeninos, que muy bien componen Laura Manzaneda (también responsable del Asesoramiento estético y de la asistencia de dirección) y Marilú Maygret.
Será también el momento en que la acción se torne más violenta, haciendo que el público casi participe y se sienta parte de la misma.
En lo que ya es un clásico al terminar la representación habitualmente el director y sus actores establecen un diálogo con el público que suele centralizarse en la importancia que tiene la memoria y la necesidad de no olvidar.
Hace apenas unas semanas “El señor Galíndez” fue declarada de interés cultural por la Legislatura porteña en proyecto, unánimemente aprobado, del diputado Alejandro Bodart. Loisi, que también es crítico de cine y con amplia experiencia en la radio, recibió el merecido premio junto a su elenco. En dicha oportunidad la presentación del galardón tuvo palabras de elogio del actor  Héctor “Cacho” Bidonde, la escritora Elsa Osorio y el periodista Hernán Schiller.
Cabe a modo de cierre una clara recomendación: ver la obra el sábado 20 próximo y descubrir de paso quién es el misterioso “Señor Galíndez”.
Crítica por Fredy Friedlander "Leedor.com"


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Crítica de Rodolfo G. Weisskirch:

Teatro: Crítica de "El señor Galíndez", la cotidianeidad del horror
Impactante puesta en escena del texto clásico de Eduardo Pavlovsky.

Perseguido por la última dictadura militar, Eduardo Pavlovsky, médico, dramaturgo, director y actor, forma parte de una generación inmortal del teatro argentino. El talento del autor, queda
demostrado en cada texto de su puño, que con ironía y buen pulso tuvo la valentía para denunciar las atrocidades de los gobiernos de turno.
Un adelantado a sus tiempos, Pavlovsky, escribió en 1973, “El señor Galíndez”, una metáfora de la crueldad de las autoridades militares, previo al golpe del ´76. Obra prohibida y censurada durante muchos años, regresa a la cartelera porteña –en su cuarta temporada- con puesta del actor Daniel Loisi. Declarada de Interés Cultural en las Ciudades de Buenos Aires y Mar del Plata, esta adaptación decide exhibir aquello, que durante mucho tiempo tuvo que ser representado en forma simbólica.
Loisi promete y cumple con una puesta atrevida y polémica que no teme exponer las atrocidades de la dictadura frente al rostro del espectador. Beto y Pepe son el brazo torturador del misterioso Señor Galíndez, a quién lo obedecen ciegamente, aun cuando nunca le han conocido la cara. Galíndez les manda a un joven novato para aprenda de ellos. Durante la primera parte de la obra, Beto y Pepe van paulatinamente denotando incrementados grados de violencia, en contexto de una abrumadora cotidianeidad, casi costumbrista, que les impregna un carácter humanizador.
Pavlovsky intenta demostrar una cruda verdad. Los torturadores también eran hombres. Hombres con instintos básicos, violencia interior, sentimientos reprimidos; bombas de tiempo psicológicas, que en cualquier momento son capaces de generar actos monstruosos. Aterradora por su bipolaridad, “El señor Galíndez” goza de vida. La puesta de Loisi, es dinámica, sensual, violenta y, fiel al espíritu del dramaturgo, se da el lujo de ser sarcástica e incluso, sumar, lenguaje metateatral, al quebrar, en breves pero justificados instantes, la cuarta pared, y ser consciente de su propia artificialidad espacio-temporal.
Es imposible sentir empatía por personajes tan horribles desde su concepción humana, y sin embargo, es comprensible sentirse atraído constantemente por la historia y contradicciones de
las personalidades que desfilan por este espacio, que bien podría tratarse de una oficina común y corriente. Loisi no solamente aprovecha el espacio escénico del Teatro El Desguace, sino que consigue administrarle un ritmo intenso con pocas elipsis temporales, que son reemplazadas por
soberbias coreografías lumínicas.El elenco se destaca por su admirable trabajo físico y sus abruptos contrastes de violencia y serenidad, en pos de crear personajes manipuladores y sádicos, pero con reflejos impredecibles.
Aun siendo una experiencia teatral fuerte y abrumadora, “El señor Galíndez” es un clásico de
Pavlovsky, que siempre merece ser tenido en cuenta, a la hora de analizar las consecuencias del pasado y la memoria, sobre hoy, el Siglo


Texto Eduardo Pavlovsky. Dirección y puesta en escena: Daniel Loisi
Con: Daniel Loisi, Christian Heredia, Laura Manzaneda, Solange Pérez y Pablo Walluschek
Teatro El Desguace – México 3694. Funciones: Viernes 22:30 hs

XXI. MUY BUENA.
Crítica de Rodolfo G. Weisskirch.
Medio: www.quieroamipais.com.ar
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