miércoles, 12 de junio de 2013

Editorial Corregidor - Teatro Argentino


LOS FUNDAMENTALES DEL TEATRO ARGENTINO

EL SEÑOR GALINDEZ de Eduardo Pavlovky
Editorial CORREGIDOR

Leyendo El señor Galíndez es casi imposible no pensar en Hanna Arendt y su famoso artículo sobre Eichmann, el dirigente del partido nazi capturado en Argentina, juzgado y ejecutado en Israel en 1962. Como corresponsal del New Yorker, Arendt escribe su controversial "Eichmann en Jerusalén: un reportaje sobre la banalidad del mal", en el que plantea, entre otras cosas, la falta de monstruosidad aparente en el acusado, un funcionario pulcro, y el problema del genocidio institucionalizado en el que los organizadores calculan y cumplen con sus obligaciones de trabajo sin cuestionar la ética de la empresa. Hay en los planteamientos de la obra de Pavlovsky una especie de diálogo con el texto de Arendt, diálogo que tiene mucho de discusión, con acuerdos y desacuerdos, con sugerencias que se encarnan en los silencios y en el gesto trivial. En la diversidad de resonancias se despliegan sus múltiples significaciones.Hija de un tiempo que no termina de pasar, El señor Galíndez sigue hablando hasta en lo que no dice, de ahí su vigencia. 

Foto: LOS FUNDAMENTALES DEL TEATRO ARGENTINO

EL SEÑOR GALINDEZ de Eduardo Pavlovky
Editorial CORREGIDOR

Leyendo El señor Galíndez es casi imposible no pensar en Hanna Arendt y su famoso artículo sobre Eichmann, el dirigente del partido nazi capturado en Argentina, juzgado y ejecutado en Israel en 1962. Como corresponsal del New Yorker, Arendt escribe su controversial "Eichmann en Jerusalén: un reportaje sobre la banalidad del mal", en el que plantea, entre otras cosas, la falta de monstruosidad aparente en el acusado, un funcionario pulcro, y el problema del genocidio institucionalizado en el que los organizadores calculan y cumplen con sus obligaciones de trabajo sin cuestionar la ética de la empresa. Hay en los planteamientos de la obra de Pavlovsky una especie de diálogo con el texto de Arendt, diálogo que tiene mucho de discusión, con acuerdos y desacuerdos, con sugerencias que se encarnan en los silencios y en el gesto trivial. En la diversidad de resonancias se despliegan sus múltiples significaciones.Hija de un tiempo que no termina de pasar, El señor Galíndez sigue hablando hasta en lo que no dice, de ahí su vigencia.



TEATRO

HOLA, HERMANITO; Y AHORA QUÉ (Repetición y Diferencia); DE NOSOTROS; LA LOLY (Relato Directo) de Elio Gallipoli
Editorial CORREGIDOR

Escribir un texto que trata de presentar otro texto es siempre una mirada subjetiva que filtra su ...lectura. Cuando de lo que se trata es de dar cuenta de un libro que despierta un gran interés y -a la vez- nos conmueve, como estas cuatro obras teatrales, el monólogo interior, tal vez, le pone el color a esa mirada. De este modo, sin más, quisiera que el lector lo interpretara para que él -por su parte- disfrute la experiencia de construir el suyo. El lugar desde el que Elio Gallipoli escribe su teatro es el más difícil. El de la soledad absoluta de quien no entiende a los que se agrupan sintiéndose dueños de la verdad. No los juzga, tampoco. Sigue en lo suyo. Obstinado en su soberbia sencillez. No espera que nadie lo entienda. Ni le interesa. Sí que se emocione. Y lo consigue desde el abismo de una pausa insólita o de la estudiada vibración de una palabra inesperada. Escribe, como hace decir a sus personajes, para abrir su propio resquicio por donde entren los pensamientos y salga la angustia. Quien quiera seguirlo, será bienvenido. No se propone buscar ni ahuyentar a nadie. Está ocupado en reconocerse en cada uno de sus "hermanitos" originarios, tironeado entre la exigencia de hacer fuerza para salir sin saber adónde y la necesidad de encerrarse en su cosmogonía poética. Contempla, describe, hace hablar y se queda esperando. No es diferente a sus criaturas, ni se mueve en espacios más cómodos que los que ellas atraviesan. El lector siente que el autor, de pronto, se sorprende tanto como él. Comparten esa zozobra poética que es más dolorosa que cualquier contexto en particular. Quizá sea por eso que no se ven "dedos acusadores". Cualquiera puede ser víctima o victimario: basta con el enunciado de un cambio de luz. Hay un orden, sin embargo. No un orden ético o jerárquico, sino una angustia expresada en repetición obsesiva de secuencias. Cuatro obras diferentes. Y sin embargo, planetas de una misma constelación irracional y poética que de pronto se vuelve insoportablemente real y puede despertar una carcajada o un ataque de llanto. O, como diría el mismo Gallipoli en una indicación escénica de "Y ahora, ¿qué?": en su defecto, nada.



Foto: TEATRO

HOLA, HERMANITO; Y AHORA QUÉ (Repetición y Diferencia); DE NOSOTROS; LA LOLY (Relato Directo) de Elio Gallipoli
Editorial CORREGIDOR

Escribir un texto que trata de presentar otro texto es siempre una mirada subjetiva que filtra su lectura. Cuando de lo que se trata es de dar cuenta de un libro que despierta un gran interés y -a la vez- nos conmueve, como estas cuatro obras teatrales, el monólogo interior, tal vez, le pone el color a esa mirada. De este modo, sin más, quisiera que el lector lo interpretara para que él -por su parte- disfrute la experiencia de construir el suyo. El lugar desde el que Elio Gallipoli escribe su teatro es el más difícil. El de la soledad absoluta de quien no entiende a los que se agrupan sintiéndose dueños de la verdad. No los juzga, tampoco. Sigue en lo suyo. Obstinado en su soberbia sencillez. No espera que nadie lo entienda. Ni le interesa. Sí que se emocione. Y lo consigue desde el abismo de una pausa insólita o de la estudiada vibración de una palabra inesperada. Escribe, como hace decir a sus personajes, para abrir su propio resquicio por donde entren los pensamientos y salga la angustia. Quien quiera seguirlo, será bienvenido. No se propone buscar ni ahuyentar a nadie. Está ocupado en reconocerse en cada uno de sus "hermanitos" originarios, tironeado entre la exigencia de hacer fuerza para salir sin saber adónde y la necesidad de encerrarse en su cosmogonía poética. Contempla, describe, hace hablar y se queda esperando. No es diferente a sus criaturas, ni se mueve en espacios más cómodos que los que ellas atraviesan. El lector siente que el autor, de pronto, se sorprende tanto como él. Comparten esa zozobra poética que es más dolorosa que cualquier contexto en particular. Quizá sea por eso que no se ven "dedos acusadores". Cualquiera puede ser víctima o victimario: basta con el enunciado de un cambio de luz. Hay un orden, sin embargo. No un orden ético o jerárquico, sino una angustia expresada en repetición obsesiva de secuencias. Cuatro obras diferentes. Y sin embargo, planetas de una misma constelación irracional y poética que de pronto se vuelve insoportablemente real y puede despertar una carcajada o un ataque de llanto. O, como diría el mismo Gallipoli en una indicación escénica de "Y ahora, ¿qué?": en su defecto, nada.
 
 
 
MANOS TRASLÚCIDAS EN FIEBRE DE OLVIDO, LUCA PRODAN, CROMOSOMA GALIA, LA CARRERA, LLÁMEME TRAIDOR, NO QUIERO SER EL CHE GEVARA
de Gabriel Fernández Chapo
Editorial CORREGIDOR

... Sangre, sexo, amores malsanos e irrenunciables, circunstancias de marginilidad, más el impiadoso estudio de las miserias, de la mezquindades y también en la grandeza humana, aún en las peores crisis, junto con el protagonismo con personajes que enmascaran con fiereza su vulnerabilidad, son las caracteristicas evidentes que componen este libro.
Roberto Perinelli

Foto: TEATRO

MANOS TRASLÚCIDAS EN FIEBRE DE OLVIDO, LUCA PRODAN, CROMOSOMA GALIA, LA CARRERA, LLÁMEME TRAIDOR, NO QUIERO SER EL CHE GEVARA 
de Gabriel Fernández Chapo 
Editorial CORREGIDOR

Sangre, sexo, amores malsanos e irrenunciables, circunstancias de marginilidad, más el impiadoso estudio de las miserias, de la mezquindades y también en la grandeza humana, aún en las peores crisis, junto con el protagonismo con personajes que enmascaran con fiereza su vulnerabilidad, son las caracteristicas evidentes que componen este libro.
Roberto Perinelli
 
 
 
PASAJE AL VIENTO, RESTAURANTE EL MUNDO, CONCIERTO EN SOLEDAD,
LO QUE ME MATA ES LA HUMEDAD de Jorge Ñúñez
Editorial CORREGIDOR

... Seguramente el argentino nostálgico que hay en cada uno de nosotros cuando nos ausentamos, le ha permitido aJorge escribir estas obras. dos de ellas buceando en lo femenino con delicadeza de cirujano y doscostumbristas con un humor feroz que marca la condición humana sin por ello dejar de reír y de rescatar la bondad que que hay en algunos de sus personajes.
LIA JELIN Directora Teatral Coreógrafa
 
 

Foto: TEATRO

PASAJE AL VIENTO, RESTAURANTE EL MUNDO, CONCIERTO EN SOLEDAD, 
LO QUE ME MATA ES LA HUMEDAD de Jorge Ñúñez
Editorial CORREGIDOR

Seguramente el argentino nostálgico que hay en cada uno de nosotros cuando nos ausentamos, le ha permitido aJorge escribir estas obras. dos de ellas buceando en lo femenino con delicadeza de cirujano y doscostumbristas con un humor feroz que marca la condición humana sin por ello dejar de reír y de rescatar la bondad que que hay en algunos de sus personajes. 
LIA JELIN Directora Teatral Coreógrafa
 
 
Cuatro Comedias Musicales:
TALISMÁN, LOCA POR LARA, L´ORA ITALIANA, HOY: MODAS EN TV
de Kado Kostzer y Sergio García Ramírez
Editorial CORREGIDOR
...
El teatro musical en todas sus formas y manifestaciones ejerce una gran fascinación, tanto en los jóvenes teatristas como en el público. Sin embargo, en las últimas décadas, el mundo editorial hizo caso omiso del género. Es así que no quedaron al alcance de futuras generaciones los textos de los frecuentes intentos de creadores argentinos. Hay que remontarse a los años 30 (Revistas Bambalinas, El Teatro Nacional, La Escena) para encontrar publicadas piezas en las que se alternan canciones con texto en prosa. La edición de estas Cuatro Comedias Musicales retoma un camino a seguir para preservar un tipo de teatro muy del gusto contemporáneo.



POPESKU DEBE MORIR y DER ANZUG (El Traje) de Guillermo Montilla Santillán
Editorial CORREGIDOR

En la mejor tradición del teatro ruso, nos encontramos en las obras de Guillermo Montilla con la contraposición entre el idealismo y lo... cotidiano, entre las grandes cosas y las pequeñas, entre el poder que viene de arriba y el poder que viene de abajo. En Popesku, pequeñas minucias materiales se interponen en el camino de aquellos que tienen grandes ideas. En El traje, grandes recursos y excelentes hombres se desperdician en pequeños afanes. Los grandes temas de la literatura: el honor, el afán de justicia, la amistad, la lealtad y la traición, así como el uso del poder, pero sobre todo la idea de la muerte como algo que humaniza se vuelven por momentos livianos gracias al humor (a veces negro, a veces áspero) y la ironía que atraviesan los diálogos de estas obras tan modernas como clásicas.
Paula Rolán Vázquez


 


 
 
 

 
 
 
 
 







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