"El caso de Richard Jewell" del gran Clint Eastwood, Crítica

Otro estreno fuerte de la primera semana: "El caso de Richard Jewell" del gran Clint Eastwood, a estas alturas ya un prócer del Cine, del gran Cine, de "El Cine cuando era Cine"...

Mi recomendación en Cine

Eastwood los 89 años filma una película basada en hechos reales, exactamente en 1996, cuando Richard Jewell, un notable Paul Walter Hauser, un guardia de seguridad que quiere ser policía descubre un bolso con un bomba en pleno concierto de música festejando los Juegos Olímpicos de 1996. Su descubrimiento lo convierte primero en héroe y luego en sospechoso. En el medio aparece el temible F.B.I. que necesita un culpable y la prensa criminal como tenemos en Argentina también, en la piel de la siempre bella Olivia Wilde.

Lo que remarca Eastwood con mano firme y fiel a su clásico estilo que jamás morirá es lo que le sucede al personaje central, orgulloso por su actitud en la que pudo evitar una tragedia mayor y luego lo devastador en su alma y cuerpo ante lo que sobreviene cuando arman una causa en su contra, algo que los argentinos podemos hablar mucho y sino recuerden el caso Timerman entre otros....

Eastwood logra climas fenomenales inclusive a pesar mío cuando bailan un recital con la canción "Macarena" previo al descubrimiento de la bomba donde da rienda suelta al suspenso y al manejo de masas corriendo de un lado a otro. Reconstruye a los 90 de una forma extraordinaria hasta parece que filmara como en esos años, un lujo que solo puede darse el Maestro Clint.

El manejo de los actores en los films de Eastwood siempre fue estupendo, es el caso del protagonista citado al comienzo: Paul Walter Hauser logra momentos notables con verdadera credibilidad interpretando su desidia al principio, su orgullo después y su pena al final. Su relación con su madre, una notable Kathy Bates desplegando su devoción por su hijo y luego su demoledora tristeza, entre ambos juegan estupendas secuencias. El abogado que juega Sam Rockwell es brillante, a mitad de camino entre un leguleyo y casi un amigo logra momentos sensacionales. Olivia Wilde, bella, ya lo dije, logra ser muy pero muy creíble en esa "periodista" dispuesta a todo menos a "hiperchequear todo". Jon Hamn, el actor de Mad Men, logra también convencer, a mitad de camino entre un canalla y un espía o ambas cosas.

En suma un film para ver

4 Páginas Muy Buena

Por Daniel Loisi

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