martes, 9 de abril de 2013

"Final de partida" de Samuel Beckett dirigida por Alfredo Alcón



FINAL DE PARTIDA de Samuel Beckett dirigida por Alfredo Alcón.

Alfredo siempre es un acontecimiento, en teatro, el cine o la TV, su figura, su presencia que opaca a cualquiera, su voz, ya predispone a ver algo diferente, fuerte, su amor al teatro y su profesionalidad tendría que ser objeto de estudio y si no es así habría que hacer un análisis más profundo. Ahora arremete con el clásico de Beckett que había realizado hace más de 20 años y además dirige, con algunas pequeñas cosas para marcar, según mi criterio erróneas, logra un espectáculo que hay que ver.

Inspirada –aparentemente- en Rey Lear de William Shakespeare y en el Libro de Job, Final de partida transcurre en un espacio cerrado, gris y asfixiante, en un mundo deshabitado. No hay referencias específicas que indiquen de qué espacio se trata, pero es claro que los personajes que lo habitan no pueden salir de allí: Hamm es una suerte de rey desposeído, paralítico y ciego, cuyo trono es en realidad una silla de ruedas. Establece con Clov -quien, en contraposición a Hamm, no puede sentarse- una relación de amo-esclavo, aunque también hay un cierto vínculo padre-hijo. Por otro lado, Nagg y Nell, padres de Hamm, viven "animalizados" en tachos de basura dentro de ese recinto, con lo que su encierro se intensifica. La obra gira en torno a la degradación y repetición a través del tiempo, la certeza y a la vez la incertidumbre que la muerte trae aparejadas, y la vacuidad y el desmoronamiento del mundo.

Esta degradación que se cuenta en el texto tendría que haberse acentuado más desde lo interior de las actuaciones, sentir más y trasladar ese dolor, eso que se "desmorona". La puesta de Alfredo si bien lo logra, hacía falta mucho más.

La obra de Samuel Beckett, está dirigida por Alfredo Alcón, actuada por Alfredo con Joaquin Furriel a quien acompañan Graciela Araujo y Roberto Castro. Todos ellos están correctos aunque se les nota cierta y determinada exterioridad buscada, como muchas obras del circuito porteño.

Es notable la ausencia de una puesta de luces o música que hubieran enriquecido más la obra, también el abrupto final con un apagón a "cuchilla" desluce el trabajo de la puesta, se requería otro final. La gran luminosidad blanca que es una característica del teatro actual no está acorde con la oscuridad de la historia y de estos personajes. Buena escenografía y vestuario.

Final de partida ("Endgame" en inglés o "Fin de partie" en francés) es un drama en un acto para cuatro personajes, escrito por el dramaturgo y escritor irlandés Samuel Beckett. Fue redactado originalmente en inglés con el título Fin de partie, y, como era su costumbre, el propio Beckett lo tradujo al inglés, como "Endgame", al año siguiente de su publicación. Fue publicado en 1957, y es comúnmente considerado, junto con obras como "Esperando a Godot" entre los más importantes trabajos de su autor.

Es la segunda pieza teatral de Beckett.

Sus protagonistas son Hamm, un viejo amo que está ciego y no puede permanecer de pie, y su sirviente, llamado Clov, que no puede sentarse. Viven en una pequeña casa junto al mar, aunque a veces el diálogo sugiere que no hay nada fuera de la casa, ni mar, ni sol, ni nubes. Los dos personajes, mutuamente dependientes, siempre se han llevado mal, y así se ve a lo largo de la obra. Clov a veces muestra una remota intención de librarse de su yugo, pero nunca es capaz de hacerlo. Los otros dos personajes que aparecen son los padres de Hamm, que no tienen piernas: Nagg y Nell, los cuales viven en sendos cubos de basura que aparecen en el escenario. De vez en cuando piden comida y hablan entre sí. El título en inglés proviene del juego del ajedrez al final del cual quedan pocas piezas en el tablero. (El título en francés y castellano puede hacer referencia a otros juegos. Beckett lamentaba que no hubiese en inglés un término equivalente.) El propio Beckett se sabe que fue gran jugador de ajedrez, y la resistencia de Hamm a aceptar el fin puede ser comparada con la del jugador amateur a admitir una derrota inevitable en este juego; los jugadores experimentados, por el contrario, prefieren tirar el rey dignamente cuando lo ven todo perdido.

Beckett rechazó siempre cualquier intento de interpretación o mensaje profundo. Respondiendo al director de su estreno americano, puntualizó:
".... negarse a cualquier explicación e insistir en la extrema sencillez de la situación y del tema. No tenemos claves que ofrecer para desentrañar misterios que solo ellos (los que preguntan) se han inventado. Si alguien quiere hacerse quebraderos de cabeza sobre los fonos armónicos, es cosa suya, y él mismo debe procurarse la aspirina. Hamm es lo que es en la obra, y Clov es lo que es en la obra, y todo es lo que es en la obra, en un lugar así y en un mundo así..."


3 Páginas Buena
Teatro Gral.. San Martín - Sala Casacuberta
 
 

0 comentarios:

Publicar un comentario